
Tres Virtudes Cultivadas por Profesionistas Ejemplares
Por Dr. Jhonnatan Curiel
En los albores de las Humanidades como fuente de conocimiento durante el siglo XV, fue recuperado del monasterio de San Galo (actual Suiza) un texto atribuido al retórico y pedagogo hispanorromano Marco Fabio Quintiliano, quien vivió durante el primer siglo de nuestra era. En su Institutiones Oratoriae, Quintiliano refiere acerca de las virtudes a practicar para la vida en sociedad, entre ellas destacaba la gramática, la retórica y la dialéctica, disciplinas que diferenciaban a las personas por su capacidad para expresarse de manera escrita, ejercitar la oratoria a través de discursos, o bien, debatir pensamientos o ideas ante ciertos temas.
A varios siglos de distancia de esas premisas, las innovaciones tecnológicas traen cambios demasiado acelerados para digerir intelectualmente; más bien se percibe una atmósfera de fascinación y angustia respecto a los alcances de la inteligencia artificial (IA) y su capacidad para hacer mejor y más rápido lo que a nosotros como humanidad nos costó épocas enteras construir.
Sin embargo, aún con el espectro de la IA cerniéndose sobre las Humanidades, a dicha inteligencia todavía no le es posible expresar lo humano en su complejidad, con sus pensamientos, errores, experiencias, ideas o narraciones. Por esta razón aprender a escribir, hablar o debatir sigue poniendo de manifiesto lo humano, en tanto que estas disciplinas también son herramientas que dan sentido desde el lenguaje a nuestra propia existencia: como escribimos, hablamos y debatimos nos define y caracteriza. Quizá por esta razón el filósofo alemán Wittgenstein afirmaba que “los límites de mi lenguaje significan los límites de mi mundo” (2019, p.105), ya que al ejercitar estas herramientas no sólo se amplía nuestro dominio del lenguaje, sino que literalmente expande nuestro mundo de vida al tener posibilidad de expresar aquello ante lo cual la mayoría de personas no encuentran las palabras.
En el ámbito educativo y académico, nada más desalentador que encontrarse con alguien que se proyecta como profesional pero le cuesta expresarse de manera escrita, no puede articular su discurso, o bien, confunde argumentos con ideas personales. Por el contrario, estar ante una persona que tiene habilidades escriturales, puede hacer exposiciones de modo fluido, o sabe conducirse con propiedad en un debate, sienta un precedente individual y marca la pauta a seguir, especialmente para aquellas juventudes que están en su etapa formativa procurando ejemplos que puedan integrar a su propia labor profesional. De ahí lo apremiante de volver a cultivar estos consejos quintilianos de la gramática, la retórica y la dialéctica, ya no desde un mandato categórico sino como virtudes que distingan a los profesionales de hoy.
El exhorto a seguir practicando estas disciplinas es un reto permanente hasta nuestros días, para que a través de su ejercicio constante y su perfeccionamiento, éstas se conviertan en virtudes que identifiquen a profesionistas ejemplares, requeridos cada vez con mayor urgencia en la actualidad.
Referencias
- González. E. (1989) “Hacia una definición del término humanismo”. Estudis : revista de historia moderna, No. 15: 45-66.
- Wittgenstein, L. (2019) Tractatus Logico-Philosophicus, Benedicton Classics, p. 105.

Dr. Jhonnatan Curiel
Jhonnatan Curiel es doctor en Ciencias Sociales, Niñez y Juventud por la Universidad de Manizales y el CINDE en Colombia. Actualmente es Coordinador Académico en Pacífico Universidad. Correo: coordinacionacademica@espacifico.edu.mx
Conoce la oferta educativa que Pacífico Universidad tiene para ti.